martes, 5 de noviembre de 2013

el ratonsito pérez

- Hijo mío, yo, tu padre, te digo que no, que no existe el ratoncito Pérez.
- Papá, ¿cómo puedes estar tan seguro?
- Pués.. lo estoy. De hecho, nunca lo he visto.
- Que no lo hayas visto no significa que no exista
- No, claro que no, pero, no tiene sentido, ¿no lo ves? Un ratón que lleva regalos a los niños...
- Sólo a los niños que se portan bien, recuerda!.
- Sí, sí, claro, pero se supone que es mágico, no? No tiene sentido. ¿No lo ves? No hay ninguna explicación ciéntifica que pueda sostener una trola como esa.
- Pero, papá...  es mágico. La magia no tiene nada que ver con la ciencia. Por tanto, puede tener cualidades que se escapen del control. Lo que pasa es que tu no crees en él.
- No se trata de creer, se trata de tener evidencias, pruebas sólidas que demustren que existe.
- En la biblioteca hay, al menos, 3 o 4 libros que hablan de él. ¿No te parece suficiente prueba?
- Pues.. no. Són libros infantiles llenos de fantasías delirantes....
- Papá...  tienes que creer. No puedes demostrar que el Ratoncito Pérez NO Existe.


¿Cómo discutir con un niño que no atiende a razones?.... Imposible.


by Enano

6 comentarios:

  1. No discutas, no tiene sentido, la proxima vez que pierde el diente no le pongas nada bajo la almohada, que se lo reclame al ratoncito. Ya veras como deja de creer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si lo hiciera..... seguramente apaciguaría su pequeño ataque de disonancia cognitiva con alguna explicación aplastantemente absurda para mí, pero tremendamente lógica para él. Es lo que hacen siempre, ¿no?

      Eliminar
  2. “Hay una vida invisible, subterránea como un veneno, por debajo de esta vida que
    creemos única e invulnerable, o quizá sobrevolándola, como una ráfaga que parecía
    inofensiva y que, sin embargo, se inmiscuye en los huesos, dejándonos su beso
    estremecido. Cuando esa vida invisible nos roza sentimos por un instante que la tierra
    nos falta debajo de los pies. Es una impresión fugaz, un sobresalto que apenas dura lo
    que dura una extrasístole, lo que dura la impresión de caída en las fases de duermevela
    que preceden el sueño, lo que dura el contacto furtivo y viscoso de la culpa cuando
    mentimos atolondradamente, sin saber siquiera que estamos mintiendo y, desde luego,
    sin vislumbrar las consecuencias de esa mentira. Pero del mismo modo que el corazón
    ya restablecido guarda memoria de aquella palpitación que resintió su cadencia, del
    mismo modo que la vigilia alberga nebulosamente el recuerdo de aquella caída
    ingrávida que prolongó nuestro sueño, del mismo modo que la conciencia nos aflige
    con una suerte de dolor retrospectivo cada vez que evocamos nuestra mentira piadosa
    o involuntaria, así la vida invisible que se cruzó en nuestro camino arroja su
    reverberación sobre nuestra vida física, que creíamos indemne y a salvo de zozobras.”

    ResponderEliminar
  3. ¡Que suerte! Tu vida tiene un balcón de oscilantes y flexibles juncos.

    ResponderEliminar
  4. Espero que no esteis intentando buscar una explicación cientifica, y si no la hay, destruir; la fantasía de los niños.
    Todo el mundo, cuando llega a cierta edad, sabe, y no necesita de ningún iluminado, que el ratonsito, los Reyes, Papa Noel y demás no existen ni han existido; pero para ser niño necesitas de ellos. ¿no os habeis criado con ellos? ¿Os ha pasado algo? ¿Habeis enfermado? ¿oshabeis vuelto locos? No; sois personas con estudios, familia, buenos trabajos... en fín, pernonas normales, o no? no priveis a vuestros hijos de esas "cosas" porque dejarían de ser niños.

    ResponderEliminar
  5. En mi casa, mi hija de 7 años, hoy ha recibido la visita del ratoncito Pérez. Le ha traído unos rotuladores para pintar en la ropa. Está muy feliz.
    Mi hijo de 11 años, supo la "cruda" realidad hace a penas unos 2 o 3 años. Todo muy natural. Él mismo, con su pequeña mente escéptica (fruto de una gran cantidad de tiempo de adoctrinamiento y manipulación científica por mi parte), se dio cuenta y, oh!, él mismo, sin que nadie le manipulara en absoluto, mantiene la ilusión de su hermana con la misma ilusión que tenía cuando creía.... ¿Aún dudas de mis intenciones para con los niños? Este blog está dirigido a personas adultas, cuyo sentido del escepticismo debrería estar ya plenamente desarrollado.
    Por cierto, tienes toda la razón. Llega una edad que la gente "sabe" lo que es realidad y lo que es fantasía...... ¿todos? Parece ser que no. Millones y millones de personas siguen creyendo en religión, supersticiones, charlatanerías, chifladuras......

    Enano.

    ResponderEliminar