Como
un octogenario que tienta al infante con un caramelo a cambio de tocamientos, pero
¿Cómo osa creer el Papa Francisco que nos llevará a su territorio de tan burda
manera? Es, como cuando no encuentras el coche en el parking de un centro comercial
y viniera un vigilante de seguridad y te dijera:
- "Dorothy,
sigue el camino de baldosas amarillas para llegar a Ciudad Esmeralda"
NO
TIEN VERGÜENZA NI LAN CONOCIO
Chestnut Pilonga
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