Anoche la fachada de mi comunidad fue víctima de
un pequeño acto vandálico, un incívico la ensucio pegando sobre ella un
panfleto. Pero lo más patético es que, aparte de ser un incívico, es además muy, pero
que muy tonto al delatarse poniendo en él su nombre y su teléfono.
Y ahora me dirijo a ti. -Victor, careces de
urbanidad por anunciar tus supercherías en una propiedad privada, eres un sinvergüenza
por especificar “Te ayudaré sin mentiras”
cuando ni tú te lo crees y sobre todo, eres un indigno por aprovecharte de unos
pobres ingenuos para sacarle los cuartos.
Lo siento Victor, pero ahora ya tengo tu nombre y
tu teléfono…
Chestnut Pilonga
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